Si hablamos de realidades y mundos paralelos todo puede ser relativo y equivocado. Tenemos tendencia a meternos en mundos que no existen, pero cuando alguien nos da un empujón hacia la realidad todo nos viene enorme, enorme en el sentido de que la hoja se arruga cuando cae la lágrima. Enorme al recordar todo lo que vivimos, todas las palabras pronunciadas de las que te arrepientes. Te das cuenta de que eres demasiado pequeño en relación con el mundo cuando una persona que has visto, 2 horas a la semana durante un año te dice, "No me gusta que estés así, quiero verte por aquí sonriendo como siempre". En esos momentos, queremos escapar al mundo donde todo va bien, pero la puerta ya se ha cerrado, es hora de que madures con los peros y contras que tiene la vida. Ahí dentro me siento odiada y despreciada, pero también, mejor acojida que en ningún sitio. Pero bueno, creo que con todo esto quiero decirte que echo de menos verte en la valla verde....Aún así, sigo viendo los mejores atardeceres